Desde la llegada de la pandemia, nuestras rutinas diarias han cambiado drásticamente, incluyendo nuestros hábitos de higiene bucodental. El uso de mascarillas, el confinamiento y el teletrabajo han tenido efectos no solo a nivel psicológico, sino también físico, siendo la boca uno de los grandes afectados.
Es fundamental entender que el estrés generado por la pandemia puede afectar indirectamente a nuestra salud dental. El aumento del bruxismo, es decir, el hábito de rechinar los dientes, ha sido una de las manifestaciones más comunes. Este problema, muchas veces pasado por alto, puede llevar a desgaste dental, dolores de cabeza e incluso trastornos mandibulares.
La alimentación también ha sufrido cambios; muchos de nosotros hemos recurrido al 'comfort food' como mecanismo paliativo del estrés, alimentos que suelen ser ricos en azúcares y carbohidratos. Estos componentes, además de afectar nuestra dieta, aumentan el riesgo de caries y enfermedades periodontales si la higiene bucodental no es adecuada.
Una solución está en la implementación de rutinas de limpieza exhaustivas. No basta con el simple cepillado, es crucial añadir hilo dental y enjuagues bucales antibacterianos a nuestra rutina diaria. Además, realizar revisiones periódicas con nuestro odontólogo de confianza nos ayudará a identificar problemas tempranos antes de que se conviertan en grandes inconvenientes.
Por otro lado, el cuidado de la salud integral también puede favorecer nuestra salud bucodental. Mantener una dieta equilibrada, garantizar un adecuado consumo de agua y evitar tabaco y alcohol son factores clave. La vitamina D y el calcio, por ejemplo, no solo contribuyen al fortalecimiento óseo sino también a la salud de nuestras encías.
Otra recomendación es aprovechar al máximo la telemedicina, una herramienta que vino para quedarse. Muchos dentistas ahora ofrecen consultas virtuales donde pueden orientar a los pacientes sobre qué pasos seguir o cuándo es realmente necesario realizar una visita presencial. Este nuevo formato de consulta puede ser especialmente útil para quienes necesiten seguimiento continuo o padezcan enfermedades periodontales crónicas.
Finalmente, recordar que el autocuidado es el mejor aliado. Mantenerse informado y adoptar las medidas adecuadas puede marcar la diferencia entre una sonrisa sana y un problema odontológico significativo. No subestimes la relación entre mente, cuerpo y salud oral, todo está interconectado en nuestro bienestar general.
Abrazar estos hábitos, más que una simple acción, es una inversión a largo plazo en nuestra salud general, permitiéndonos enfrentar desafíos globales como la pandemia con una sonrisa saludable.