Mientras el mundo está obsesionado con la solar y la eólica, existe una fuente de energía que ha pasado desapercibida para muchos: la geotérmica. Esta es una de las más prometedoras, aún por descubrir en todo su potencial en muchos rincones del planeta.
La energía geotérmica aprovecha el calor del interior de la Tierra para generar electricidad. No genera CO2 ni depende de las condiciones climáticas, lo que la convierte en una alternativa estable y fiable, ideal para una transición energética segura.
Uno de los principales usos de esta energía es su capacidad para proveer calor en el invierno. En países como Islandia, con volcanes activos, la geotermia es una de las principales fuentes de energía del país. Sin embargo, no es necesario vivir sobre un volcán para beneficiarse de ella.
En España, regiones como Canarias y Galicia tienen un gran potencial para el desarrollo de plantas geotérmicas. Sin embargo, se necesita más investigación e inversión para explotar este recurso adecuadamente.
Los países pioneros en esta tecnología se encuentran desarrollando mejores métodos de extracción, utilizando perforaciones más profundas y técnicas más sofisticadas para no dañar el ecosistema.
Entre los retos que enfrenta la energía geotérmica está la percepción pública. Muchos asocian su desarrollo a la posibilidad de terremotos, aunque los estudios demuestran que los riesgos son mínimos. Se necesita una campaña de concienciación para cambiar esta percepción errónea.
Otro desafío es el alto coste inicial de inversión para establecer una planta geotérmica. Aunque los costes a largo plazo son menores que otras fuentes de energía renovable, los gastos iniciales pueden ser prohibitivos sin el apoyo gubernamental.
Algunos expertos sugieren que las alianzas público-privadas podrían ser la clave para superar estas barreras financieras, facilitando el acceso a capitales y garantizando la viabilidad a largo plazo de este tipo de proyectos.
La energía geotérmica podría ser un catalizador en la reducción de la dependencia de combustibles fósiles. Además de su estabilidad, tiene la capacidad de complementar otras fuentes renovables y proporcionar energía continua.
El futuro de las energías renovables debe ser un híbrido que incluya diversas fuentes de energía, y la geotérmica es, sin duda, una pieza vital para el mosaico energético global.
Finalmente, es crucial impulsar la investigación y el desarrollo de esta energía. Universidades, centros de investigación y empresas deben trabajar de la mano para innovar en materia de geotermia. No solo es una opción viable para el futuro, sino una necesidad en la lucha contra el cambio climático.