Para abordar los desafíos medioambientales que enfrentamos en la actualidad, el mundo está acelerando la transición hacia un sistema energético basado íntegramente en energías renovables. Tras un crecimiento constante durante la última década, se estima que para 2050, las energías renovables representarán el 85% de la electricidad global, lo que significará un cambio radical en la forma en que generamos y consumimos energía.
El panorama energético renovable actual es dominado por la energía eólica y solar. Estas fuentes son cada vez más competitivas en términos de costos en comparación con las energías fósiles y están creciendo exponencialmente en todo el mundo. Además, la energía hidroeléctrica y la biomasa siguen desempeñando un papel crucial en la generación de electricidad, especialmente en regiones ricas en cuerpos de agua y recursos forestales conservados.
Es relevante destacar que no todas las regiones pueden beneficiarse por igual de las mismas fuentes de energía renovable. Por ejemplo, los países del cinturón solar tienen un potencial increíble para la energía solar, mientras que las zonas costeras y las áreas de alta altitud pueden capitalizar la energía eólica. En lugar de competir, estas fuentes trabajan juntas para crear una red energética diversa y resiliente.
A nivel macroeconómico, la transición hacia las energías renovables ofrece una gran oportunidad para impulsar el crecimiento económico y la creación de empleo. Se estima que la transición a un sistema energético limpio puede generar hasta 24 millones de empleos y generar unos ingresos anuales de $ 1.2 billones hacia 2050. Sin embargo, a pesar de los grandes avances en energías renovables, aún nos enfrentamos a obstáculos significativos para la transición. La falta de infraestructura y la resistencia al cambio por parte de ciertos sectores industriales son algunos de los principales desafíos. Además, nos enfrentamos al equilibrio de garantizar un crecimiento sostenible a la vez que salvaguardamos los delicados ecosistemas de nuestro planeta.
En resumen, mientras el camino hacia la energía 100% renovable presenta desafíos considerables, el potencial para un mundo más limpio, seguro y económicamente próspero es innegable. La energía renovable no solo tiene el potencial de abordar el cambio climático, sino que también tiene el poder de transformar la economía global a medida que avanzamos hacia el futuro.