Seguros

Energía

Servicios del hogar

Telecomunicaciones

Salud

Seguridad del Hogar

Energía Solar

Seguro de Automóvil

Audífonos

Créditos

Educación

Pasión por los autos

Seguro de Mascotas

Blog

El hidrógeno verde: la gran apuesta energética que aún no llega a España

En los últimos meses, las páginas especializadas en energía han estado llenas de titulares prometedores sobre el hidrógeno verde. Desde energias-renovables.com hasta expansion.com, todos hablan de esta tecnología como la próxima revolución energética. Pero si miramos el sitemap de smartblog.actualsales.com, encontramos un vacío sorprendente: nadie está contando la historia completa sobre por qué España, con todo su potencial en renovables, sigue siendo un actor secundario en esta carrera global.

La realidad es que mientras Alemania ya ha destinado 9.000 millones de euros a su estrategia nacional de hidrógeno y Chile está construyendo la planta más grande del mundo en Magallanes, España sigue atrapada en la fase de los anuncios. El gobierno prometió 1.500 millones en fondos europeos, pero los proyectos concretos se cuentan con los dedos de una mano. ¿Qué está pasando realmente? Las respuestas no están en los comunicados de prensa, sino en los despachos donde se toman las decisiones.

Lo primero que descubrimos al investigar es que el problema no es técnico. España tiene la mayor capacidad de electrolizadores de Europa después de Alemania, según datos de energias-renovables.com. Tenemos empresas como Iberdrola y Repsol que están invirtiendo en pilotos, y una red de infraestructuras gasísticas que podría adaptarse. El verdadero obstáculo, según varios expertos consultados por elperiodicodelaenergia.com, es la falta de un marco regulatorio claro. Sin reglas del juego definidas, los inversores prefieren esperar.

Pero hay más. Mientras navegábamos por energiadiario.com, encontramos un dato revelador: el 95% del hidrógeno que se produce hoy en España es 'gris', es decir, se obtiene a partir de gas natural y emite CO2. Solo el 5% es 'verde', producido con renovables. Esta cifra explica por qué, a pesar de todo el ruido mediático, el impacto real sigue siendo mínimo. Las empresas prefieren lo barato a lo sostenible cuando no hay incentivos reales para cambiar.

La paradoja española se hace más evidente cuando miramos a nuestros vecinos. Portugal, con menos recursos renovables, ya tiene en marcha tres proyectos de hidrógeno verde que suman 1 GW de capacidad. Marruecos está construyendo una planta que alimentará parte de Europa. Y nosotros, con el mayor potencial solar de Europa, seguimos discutiendo sobre permisos y subvenciones. Energialimpiaxxi.com publicó recientemente un análisis que muestra cómo la burocracia puede retrasar un proyecto hasta cuatro años, tiempo suficiente para que otros países se adelanten.

Lo más preocupante, sin embargo, no es lo que estamos haciendo mal, sino lo que estamos dejando de hacer. Según energiaestrategica.com, el hidrógeno verde podría crear 227.000 empleos en España para 2030 y reducir nuestra dependencia energética en un 30%. Pero estos números solo se materializarán si pasamos de los discursos a las acciones. Mientras tanto, países como Países Bajos ya están importando hidrógeno verde de países con menores costes de producción, perdiendo España la oportunidad de ser exportador.

La solución, según los expertos más críticos, no pasa por más planes estratégicos. España ya tiene uno desde 2020. Pasa por decisiones concretas: simplificar la tramitación, crear un sistema de certificados que garantice el origen renovable del hidrógeno, y establecer objetivos vinculantes para sectores como el transporte pesado o la industria química. Sin estas medidas, seguiremos viendo anuncios grandilocuentes pero pocos electrolizadores funcionando.

El futuro, sin embargo, no está escrito. En los últimos meses hemos visto movimientos interesantes: la primera hidrogenera pública ya funciona en Madrid, varias comunidades autónomas están desarrollando sus propias estrategias, y la UE ha incluido el hidrógeno verde como tecnología preferente en su fondo de recuperación. El reto ahora es acelerar. Porque en la transición energética, como en el periodismo, lo que cuenta no es quién lo anuncia primero, sino quién lo hace mejor.

Etiquetas