España avanza en energía solar, aumentando capacidad y enfrentando desafíos como la integración en la red y el uso del suelo. El autoconsumo se expande, ofreciendo independencia y beneficios económicos.
Las baterías de estado sólido son la próxima frontera en la energía limpia. Prometen mayor seguridad y eficiencia, transformando sectores como el automotriz y renovables, pese a desafíos de producción.
El hidrógeno verde emerge como una prometedora alternativa limpia, con potencial para revolucionar industrias y mitigar la crisis energética mundial al complementar otras energías renovables.
La energía oceánica, una fuente prometedora aún por explorar, combina el potencial ambiental y económico. Desafíos técnicos y financieros persisten, pero su desarrollo es crucial para el futuro energético.
La geotermia en España está ganando atención como fuente energética renovable, prometiendo un aprovechamiento significativo del calor terrestre para reducir emisiones y costes energéticos.